Domingo 18 de mayo, el estreno mundial de 'Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal'
Casi tres décadas separan al actual Steven Spielberg (Cincinnati, 1946) del que revolucionó Hollywood con el estreno de En busca del arca perdida. Y cerca de 20 años desde que se despidió de Indiana Jones. Desde entonces constantemente ha oído eso de ¿para cuándo otro Indiana? Finalmente, la respuesta llega mañana con la proyección en Cannes de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal. El resto de los espectadores tendrán que esperar hasta el jueves.
Pregunta. ¿Por qué ahora, después de tantos años?
Respuesta. En 1994, cuando La lista de Schindler ganó el Oscar a la mejor película, Harrison Ford me entregó la estatuilla y me preguntó: "¿Cuándo hacemos otro Indiana? Yo estoy listo". Eso fue cinco años después de La última cruzada. Le respondí que llamara a George y una semana más tarde Lucas me confirmó que Harrison iba en serio. Vamos, que todo este proceso de 14 años empezó por Harrison.
P. ¿Tanto costó la historia?
R. Lo único que me anima a hacer otra película es una buena historia. Y aquí tenía que recapturar la magia que logramos en las tres primeras. No se trata de mejorar la serie, sino de devolverle la vida. Gracias a David Koepp tenemos un guión que hasta Indiana Jones se quita el sombrero. Aunque hubo momentos en los que pensé que nunca nos pondríamos de acuerdo. Y no habría pasado nada. George y yo somos amigos desde que nos conocimos en 1967, llevamos 41 años peleándonos como hermanos.
P. ¿Y con Harrison Ford? ¿Ha cambiado la relación?
R. Por de pronto, Harrison se mantiene en una forma envidiable. A su lado soy un alfeñique que traga el polvo que deja. Aquí también hizo todas sus secuencias de acción; sin embargo, su mejor aportación es su sabiduría. Harrison ha crecido, y lo mismo que su personaje, también comete errores y sale herido. A cambio, los dos son más sabios. Además, desde 1989 Harrison ha hecho muchos filmes serios. Ésta es la primera vez que vuelve a ser divertido, que se ríe de sí mismo. Yo, eso, lo he echado de menos.
P. ¿Por qué llevar la trama a los años cincuenta? ¿Nostalgia?
R. Harrison ya no tiene el mismo aspecto de hace 20 años, así que hicimos cuentas con su edad, le quitamos unos años por buen comportamiento y centramos la acción en 1957. Estamos en la guerra fría. Pero también es el Estados Unidos de los baby-boomers, de las chicas con coleta y de la música de Elvis.
P. Retorna a un mundo que creó en 1981, antes de que existieran las pantallas verdes, el montaje digital y los grandes efectos por ordenador. ¿Tanto ha cambiado Hollywood?
R. No tanto. Quizá en la forma en la que se ruedan las películas, en el debate entre hacerlo en película o digital, o las formas de exhibición del futuro. Pero sigue primando la pregunta más importante: ¿cuál es la historia?
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