agosto 25, 2006

Acerca de "complots terroristas"

Un analista de inteligencia del diario “The Guardian” pone en duda el último plan terrorista.


Por Craig Murray

Hasta la fecha, ninguno de los 23 musulmanes británicos arrestados por el supuesto megacomplot contra 10 aviones en vuelo ha sido inculpado formalmente de crimen alguno. Puesto que aún no hay evidencia clara de lo que fue anunciado como “inminente” y que traería “asesinatos masivos en una escala inimaginable”, lo menos que podemos decir es que el caso es extraño. El martes fue arrestado con gran despliegue mediático el conspirador número 24. Sin embargo, fue liberado al día siguiente sin cargo alguno.
Los análisis de los medios han estado llenos de información alimentada por la policía y las fuerzas de seguridad británicas. En general, los periodistas son personas honorables cuando reportean este tipo de casos. Sus fuentes, desgraciadamente, no lo son. A diferencia de la manada de expertos en seguridad, yo gozo de acceso a los más altos niveles de seguridad, he realizado un volumen enorme de análisis de inteligencia y he estado en el interior de la máquina giratoria. Y les ratifico que soy muy escéptico ante la historia que se ha urdido.
Ninguno de los supuestos terroristas había fabricado una bomba. Ninguno había comprado un pasaje de avión. Varios ni siquiera tenían pasaporte. Sería muy difícil convencer a un jurado que estos individuos estaban a punto de cometer atentados suicidas, por más que alardearan que lo harían.
Es más, muchos de los arrestados estaban bajo vigilancia policial hace más de un año –como miles de otros musulmanes británicos–. Y no solo musulmanes. También yo. Ningún elemento surgido de esa vigilancia indicaba la necesidad de un arresto inminente.
Entonces, surgió un interrogatorio en Pakistán que reveló esta asombrosa trama para hacer explotar en vuelo a múltiples aviones. Por supuesto que los interrogadores del dictador paquistaní saben cómo hacer cantar a la gente como canarios. Como lo pude verificar en Uzbekistán, es posible obtener la información más extraordinaria de personas desesperadas con tal de evitar la tortura o de pararla. Lo que no se obtiene es la verdad.
También queda la extraordinaria interrogante de por qué Bush y Blair discutieron estos arrestos una semana antes de que ocurrieran. ¿Por qué? Ambos con problemas domésticos, añoraban un giro para cambiar la situación. La información de inteligencia de Pakistán, por más dudosa que fuera, les dio una oportunidad. Todas las portadas del mundo hicieron comparaciones con los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Y entonces nos encontramos con la espantosa propaganda política del ministro del Interior del Reino Unido, John Reid, advirtiéndonos anticipadamente del mal que nos amenaza y quejándose de que algunas personas “no entienden” por qué debemos abandonar nuestras libertades tradicionales.
Jamás sabremos ahora si alguno de los que fueron arrestados hubiese manufacturado una bomba o comprado un pasaje de avión. Muchos de ellos no encajan en el perfil que uno espera de un terrorista suicida. Como todos estaban siendo igualmente vigilados y constaban en las listas de alerta de los aeropuertos, existía poco peligro si se les dejaba actuar y acercarse a la materialización de los crímenes; eso es lo que hubiéramos hecho con el IRA.
En todo esto, de lo único que estoy seguro es que su “timing” fue profundamente político. Esto es más propaganda que complot. Más de mil musulmanes británicos han sido arrestados bajo la nueva legislación antiterrorista, pero sólo 12% de ellos han sido procesados. Esto es hostigamiento a gran escala. De los procesados el 80% ha sido sobreseído. La mayoría de las condenas -el 2% de los arrestos- no tienen nada que ver con el terrorismo, sino que con delitos menores descubiertos por la policía mientras inquirían en vidas que arruinaron.
Es obvio que el terrorismo islámico existe. Pero su fortalecimiento es potenciado por nuestra política exterior neoconservadora, por nuestro apoyo a regímenes abominables, y por nuestras violaciones a los derechos de los musulmanes del Reino Unido. Ahora, David Cameron (líder concervador) se ha unido a Blair y Reid para obtener beneficios políticos del miedo que han engendrado. No confíen en los políticos que buscan beneficiarse con el terror. Sean escépticos. Sean muy, muy escépticos.
(Nota del posteador: reproduzco este texto por considerarlo un muy buen análisis de los últimos acontecimientos internacionales, y que además va contra la corriente de toda la histeria antiterrorista con que nos machacan hoy las megacadenas informativas, y los servicios de inteligencia de las grandes potencias. Eso si, no comparto para nada la afirmación del autor cuando dice "En general, los periodistas son personas honorables".)

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agosto 23, 2006

Un año de B blogzine

Esta imagen fue nuestro primer header al que llamamos HELP.


Hace un año, en agosto de 2005, iniciamos nuestro blogzine, mutante entre blog y webzine y continuador natural de nuestro antiguo sitio web que veniamos desarrollando desde 1999.

Decidimos darle un nombre que hablase de una mirada ante los acontecimientos que estamos viviendo y que no se tratara de una bitácora como las miles que inundan internet, con fotografias de mascotas, mp3 de bandas favoritas o de fotografías de aquel concierto que queremos que nuestros amigos envidien.

Surge el nombre de B, espacio en el que queremos dejar testimonio de esta mirada y un pensamiento, como deciamos en la primera entrada de agosto de 2005, que quiere ser tan cierta como esas revistas que editaban y vendian mano a mano, recorriendo las calles de pueblos o ciudades, personas tan llenas de futuro como un Arthur Cravan o un Pablo de Rokha o tantos otros (quiza anonimos) seres, hechos de eso que sencillamente llamamos humanidad.

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agosto 13, 2006

Otra vez Mabuse




Encontró el manuscrito en una tienda perdida en el centro de la ciudad, y corrió con el por los pasadizos ocultos que unen el tren subterráneo de Santiago con el metro de Viña del Mar. Iba profundamente emocionado. Y durante todo el viaje pensó en los planes que podría fraguar, los grandes golpes, los mapas super secretos que se le revelarían, ahora que por fin había hallado el testamento del Doctor Mabuse.

Miguel Acevedo

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agosto 04, 2006

Metrópolis y el modernismo



El por que una forma de pensar
deriva en otra no es tanto un problema como una consecuencia. En ese marco, Marshall Mcluhan ha planteado su estructura tetraédrica como herramienta para explicar las manifestaciones del pensamiento humano. Así, la transformación se hace implícita.

- Que agranda o incrementa cualquier cosa ?
- Que desgasta o deja obsoleto?
- Que recupera lo que haya estado en desuso?
- Que invierte o cambia cuando se le empuja hasta el limite de su potencial?

El ejemplo citado por Mcluhan para explicar esto es el caso del automóvil: desde su origen, el automóvil con combustible ha generado un sentido de identidad privada e independencia que llevado al extremo, se traduce en el desorden, la congestión y la contaminación urbana. Otro ejemplo es el satélite, que amplifica el planeta, hace obsoleta a la naturaleza, pero al mismo tiempo rescata la ecología y se revierte al hacer de la naturaleza una obra de arte, donde el planeta es un teatro y la población pasa de espectador a actor. Asimismo, define a la tecnología y al contexto cultural que le da origen como figura y fondo. Y es en este punto donde aparecen los ejes que estructuran esta propuesta: pensamiento – vanguardia – tecnología – cultura de masas , como estructura tetraédrica entendiendo que “el fondo de cualquier tecnología es tanto la situación que le da origen, como todo el medio de servicios y perjuicios que trae con ella.”

La primera evocación que se tiene de METROPOLIS de Fritz Lang, es la imagen de la ciudad del futuro: brillante y al mismo tiempo oscura, capaz de devorar a sus habitantes en un río de incertidumbres y de ofrecer, al mismo tiempo, un espacio para la reconciliación. METROPOLIS es una cinta cargada de simbolismos industriales, a través de una brillante metáfora de la Revolución Industrial y el costo social de mantener una ciudad moderna, donde transporte, densidad urbana, edificios, y maquinas son los grandes símbolos del modernismo. Asimismo se puede leer la manera en que el hombre es considerado por las grandes ideologías de principios del siglo XX y por las vanguardias que les son propias. Se trata de un hombre sometido a designios masivos a ideologías planteadas para mover las masas y que hacen del individuo una abstracción, un elemento en la composición de esa estructura humana que de por si, constituye y construye la ideología. En arquitectura, el movimiento racionalista le llama a ese modelo “el todo y las partes”, que interactúan en la relación forma – función – estructura. Son los tiempos de los grandes postulados ideológicos que antagonizan a unos y otros. Un contexto ideológico de la colectividad y de los idealismos sociales que se expresa en las artes como la ruptura radical de las maneras del pasado, colocando al hombre por sobre el simbolismo, en el caso de la arquitectura, y al sentimiento y la abstracción por sobre la representación en las demás artes. El Modernismo según Metrópolis se funda sobre el correcto funcionamiento de la máquina y sus operarios y sobre la distinción de clases sociales en una visión cercana al punto de vista socialista de la sociedad.

Pero esta observación conlleva un modelo abstracto del hombre. Por un lado el arte abstrae el universo. Por otro, la arquitectura abstrae el espacio del hombre creando un modulor que no es sino la abstracción de las medidas del hombre. La manera de habitar del hombre moderno no tienen tanto que ver con el modo particular de habitar como con el sistema racional y abstracto que propone la nueva arquitectura a través de sus “maquinas para vivir”. La urbe de METROPOLIS muestra un expresionismo sólido, que se escapa de la amanerada tendencia Art Noveau que le es contemporánea para hacer más efectiva su capacidad de denuncia metafórica. El expresionismo, así como el romanticismo del siglo XIX, tiene la agudeza del realismo en el momento de denunciar las contradicciones del hombre. METROPOLIS es un producto de la entreguerras en Alemania, tanto como lo fue la Bauhaus, la primera como expresión del pensamiento moderno en la cultura de masas y la otra como expresión del diseño y la creación funcional al servicio del hombre moderno. Y es también en dos manifestaciones que conviven donde se comprende el curso del pensamiento moderno temprano, en las dos esferas del conocimiento que conviven, pero donde una se expande mientras la otra se contrae. Se expande la visión racional del mundo, la confianza ciega en el bienestar que traerá la ciencia a toda la sociedad y el poder ilimitado del hombre para conocer y alterar su entorno. Se contrae la visión temerosa de Dios, la visión absolutista de los fenómenos dando paso a la relativización del universo.

METROPOLIS recoge estos conceptos en la figura del Doctor Rotwang, medio hechicero, medio científico que crea tecnología para satisfacer las necesidades de los ideólogos de aquel mundo moderno. Tecnología ciertamente al servicio de la represión ideológica de los contrarios al orden. Aparecen también aquí las simientes de conceptos que serán caros al devenir futuro del hombre: el hombre – maquina, en una primera aproximación como metáfora del esclavo tecnológico a merced del sistema, los obreros que viven underground, y la maquina humanoide, la simulación por excelencia, el robot de María, una maquina creada para confundir a las masas que paradójicamente termina quemada como Juana de Arco. Se configura entonces en el universo de METROPOLIS un futuro lleno de adelanto tecnológico, pero a su vez cargado de simbolismo, estructura ideológica que, como se verá mas adelante, recibirá nombre y apellido. Este universo tecnológico, se hallaba ya en las ideas mas avanzadas del movimiento moderno, tanto, que la tecnología no podía alcanzar a las ideas.

Esto significaba que muchos de los conceptos urbanos y arquitectónicos propuestos en aquellos años no eran tecnológicamente realizables, por ejemplo, las propuestas de los futuristas, los constructivistas, las ciudades ideales de Tony Garnier y sobre todo el pabellón de la Unión Soviética en la Exposición de París de 1925 de K. Melnikov.
Con todo, en el movimiento moderno el hombre es el centro, pese a estar abstraído política y geométricamente, y los modos de habitar eran mas sometidos a las capacidades creativas de los arquitectos que a las particularidades contextuales del lugar, surgiendo inventos como Chandigarh (Le Corbusier) y Brasilia (Niemayer) paroxismo del modernismo. Con el advenimiento del estilo internacional en la arquitectura, la identidad urbana adopta un solo centro.

Antes del Modernismo la arquitectura tenía su expresión vernácula, es decir, cualitativamente se planteaba en la diversidad, con particularidades propias de la cultura originaria o del lugar donde se emplazaba.

Así, en términos de imagen, el centro estético estaba en todas partes, era particular a cada lugar. Con el modernismo tardío vino la estética mundial o estandard arquitectónico, cimiente del fracaso de la modernidad al no ser consecuente de las particularidades de cada lugar, al repetir lo mismo en todas las latitudes, al no crear Identidad.

Mario Del Castillo

*De El Siglo XX moderno: El hombre - máquina o el hombre como abstracción en Del Modernismo al Trans - Modernismo, un viaje del hombre abstracto al hombre virtual en archivos t51

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agosto 01, 2006

La huella de Fritz Lang

La huella del director Fritz Lang en el cine se mantiene viva en Hollywood 30 años después de la muerte del maestro del expresionismo alemán, el 2 de agosto de 1976. Desde las similitudes entre el androideC-3PO de La guerra de las galaxias con el robot de María que protagoniza el Metropolis de Lang a la huella estética de obras maestras como Dr. Mabuse: el Infierno en títulos recientes como Sky Captain y el mundo de mañana demuestran que la sombra de este realizador sigue planeando sobre el cine.


El aniversario de su muerte coincide con la edición en DVD de una de las obras claves de Lang, además de un personaje que le acompañaría hasta su muerte. Se trata de Dr. Mabuse: el Infierno (1922), su primer trabajo conjunto con su esposa, la guionista Thea von Harbou, y la primera muestra del mundo de pesadilla que plasmó en el cine gracias a un estilo expresionista heredado de sus orígenes como pintor.

La historia de un criminal en el Berlín de la postguerra después del primer conflicto mundial al que le acaban volviendo loco sus víctimas es un clásico. Además a él regresó en 1933 con El testamento del Dr. Mabuse y en su último filme antes de morir, Los crímenes del doctor Mabuse (1960). Concebida cuando Adolf Hitler enardecía al público como líder del Partido Nacional Socialista, es fácil ver muchas connotaciones políticas en los elementos de manipulación que usa Mabuse en el filme.

Más claras aún son las referencias políticas que existen en Metropolis (1926), cinta descrita como una fábula marxista de ciencia ficción sobre una sociedad de trabajadores sin rostro convertidos en máquinas en aras de una civilización superior.

De todo su trabajo, el más accesible al público es quizá M, el vampiro de Düsseldorf (1931), centrado en la historia de un violador de menores acosado cual bestia herida por aquellos que esgrimen la ley y el orden. Se trata de una perfecta unión entre sonido e imagen que lanzó la carrera de Peter Lorre en Estados Unidos, luego conocido como el brillante secundario del cine negro en Casablanca o El halcón maltés).

Sin embargo, a pesar de su influencia, Lang, nacido en Viena el 5 de diciembre de 1890 rodó la parte más importante de su carrera en Alemania. Durante su exilio político en Hollywood nunca dio lo mejor de sí y de hecho regresó a Alemania para producir sus últimas obras.

Pudo ser su acento, su marcado carácter que le enfrentó a los actores, su falta de suerte en las elecciones o falta de motivación, pero cuando Lang emigró a Estados Unidos huyendo del régimen nazi que tanto criticó en Alemania su carrera no superó el género policiaco o el western, sin el brillo de su carrera alemana. Aun así, dejó también su influencia en un género típicamente de Hollywood como es el cine negro. Dirigido en su mayoría por emigrantes de Alemania como Lang, estos filmes muestran en sus contrastados blancos y negros la influencia de joyas del expresionismo como M, el vampiro de Dusseldorf, reviviendo sus peligrosas sombras y la claustrofobia de sus sets en otras tramas.

Joyas de las filmotecas

Cualquiera de los filmes de Lang son ahora parte obligada de las filmotecas o cine clubes de Estados Unidos para honrar el recuerdo del maestro. Eso sí, como ocurre con buena parte de la obra de Lang, uno nunca sabe qué versión podrá disfrutar de cualquiera de sus clásicos. Por ejemplo en Orange County (California), donde se exhibe el filme, seguro que no ven el montaje perdido de tres horas y media de Metropolis. El disponible puede ser el de 159 minutos o el de 87 minutos, fruto de sus últimas restauraciones.

En el caso Dr. Mabuse: el Infierno, en Chicago exhiben esta semana como un filme en dos partes la versión en DVD sacado de la restauración del 2000 con imágenes de dos negativos de cámaras. No se trata de su montaje de mayor metraje, de cuatro horas y media, pero es la que más se acerca a la versión original de Lang, según subraya el documental La historia del Dr. Mabuse.


ELPAIS.es - Cultura - 01-08-2006

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