Ciudad nocturna
Por las calles de la ciudad, deambulaban los muertos vivos. En las azoteas, las gárgolas acechaban a sus potenciales víctimas. Y en los subterráneos, los túneles y las estaciones del metro, merodeaban los feroces hombres-lobo. Sólo quedaba una opción: despertar.
miguel acevedo
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