Grandes Mitos de Occidente - 2: La e-topia Internet
La red global digital, el internet, no es sólo un sistema de transporte para el correo electrónico, las páginas web y la televisión digital.
Es una forma completamente nueva de infraestructura urbana que cambiará el aspecto de nuestras ciudades tan espectacularmente como lo hicieron en el pasado el ferrocarril, las autopistas, el suministro de energía eléctrica y las redes telefónicas. (1)
Tal es la propaganda de un libro que especula acerca de las consecuencias en la vida urbana de la Internet y su tecnología asociada. Este mito extrema una posición neo-modernista dándole nueva vida a aquel antiguo mito de principios del siglo XX de que a través de la tecnología, la sociedad se encamina siempre hacia un futuro mejor y lleno de novedad y bienestar. Pues ocurre que esta ilusión se da de bruces con la triste realidad en que vivimos y no hace sino, como en Metrópolis de Fritz Lang, evidenciar la alienación autocomplaciente de las sociedades satisfechas en detrimento de aquellas “en vías de desarrollo”. Algunos eminentes personajes del mundo intelectual estadounidense como Francis Fukuyama (el mismo ex agente de la CIA que a finales de los años ochenta declaró la historia como “terminada”), declaran que la “brecha informatica” que evidencia la existencia de inforicos e infopobres, simplemente no existe. Sin embargo, algunas perlas nos hablan de lo contrario:
* En Manhattan, Nueva York, hay actualmente más conexiones a Internet que en toda Africa, según reconocimiento reciente de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) por boca de uno de sus principales funcionarios.
* Más de la mitad de la población mundial no tiene teléfono mientras que los países desarrollados están saturados de teléfonos móviles, informó en el año 2002 Yoshio Utsumi, secretario general de la UIT.
* En Africa, con 783 millones 700 mil habitantes, existen apenas 3,1 millones de internautas, el 59 por ciento de ellos concentrados en un solo país: Sudáfrica
* El 90 por ciento de los internautas de todo el planeta vive en los países industrializados; en Africa y Medio Oriente solo se encuentra el uno por ciento, y en Estados Unidos y Canadá, el 57 por ciento, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, del año 2001.
* En esa misma fecha, Estados Unidos, Canadá y los países nórdicos registraban más de la mitad de la población on-line, en tanto gran parte de Africa, Europa del Este, Centroamérica y Asia tenían menos del uno por ciento de población conectada.
* En el año 2000, el total de usuarios domésticos conectados a Internet era de 118,23 millones, es decir: sólo un cinco por ciento de los más de 6 000 millones que vivimos en nuestra "casa común".
* Aunque en el mismo Estados Unidos -meca de la tecnología- hay desigualdades (45 por ciento de las personas no tiene acceso a Internet), la diferencia entre ese y otros países desarrollados y las naciones pobres, en materia de acceso a las tecnologías informáticas y de comunicaciones, es abismal. Mientras un estadounidense puede comprar un ordenador o computadora personal con un mes de salario, un natural de Bangladesh debe disponer de ocho salarios. El primero tiene además la ventaja de que el 75 por ciento de los contenidos en la red mundial de computadoras están en su idioma, el inglés.
* En Bangladesh, asegura un especialista, con el dinero necesario para conectarse a Internet una familia puede alimentarse todo un año.
* Para América Latina y Central los temas sobre el desarrollo de la economía digital se ven obstruídos por el desnivel de los poderes adquisitivos de las poblaciones y por los altos precios tanto de los soportes físicos/lógicos, la provisión de acceso a la red como las tasas del servicio telefónico. (2)
Sobre la brecha digital existen dos vertientes para acortar las distancias y favorecer el desarrollo, la caracterizada como “visión dominante” centra los esfuerzos en superar la distancia tecnológica y la “visión alternativa” considera que es un error insistir únicamente sobre el factor tecnológico, en la inversión en equipos e infraestructura de redes, desatendiendo la educación y especialmente la economía en otras áreas. Por lo tanto no es el principal problema el puramente tecnológico ya que es notorio que la internet no resuelve problemas cuando existe más de una 50% de población analfabeta e incluso con índices menores pero que no alcanzan a cubrir las necesidades básicas de subsistencia: alimentación, salud, trabajo, contaminaciones ambientales, escasez de agua, etc. La “visión alternativa” considera en concomitancia con el enfoque del Desarrollo Humano que las disfunciones provienen de las desigualdades sociales y económicas y que la brecha digital es producto de otras brechas las que al no ser afrontadas seguirán promoviendo aún más la digital. De manera que -la conectividad- en sí misma no resuelve los problemas, se necesita que personas y grupos comiencen a “apropiarse” de la internet de una forma universal, equitativa, solidaria. Mientras que la versión dominante sigue apostando a crear soluciones -paliativas- con respecto a las infraestructuras tecnológicas y a continuar con la propulsión de la educación virtual.(3)
Para terminar, vale acotar que gran parte del discurso futurista y triunfalista acerca del Internet y las TIC dice relación con el desarrollismo neoliberal desatado que ve en la Internet una de sus puntas de lanza mas atractivas, claro esta, en un medio regulado por los intereses políticos, comerciales y, por supuesto, ideológicos de las corporaciones.
Reisende.
(1) Mitchell, William, E-topía. Vida urbana, Jim, pero no la que nosotros conocemos. Editorial Gustavo Gili, 2001.
(2) Rosabal, Heriberto, Inforicos e Infopobres en Rebelión, http://www.rebelion.org/medios/031210hr.htm
(3) Del Brutto, Bibiana Apolonia, 2001, "¿Cómo puede ser internet una herramienta para el desarrollo social?". Disponible en el ARCHIVO del Observatorio para la CiberSociedad en http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=13
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Es una forma completamente nueva de infraestructura urbana que cambiará el aspecto de nuestras ciudades tan espectacularmente como lo hicieron en el pasado el ferrocarril, las autopistas, el suministro de energía eléctrica y las redes telefónicas. (1)
Tal es la propaganda de un libro que especula acerca de las consecuencias en la vida urbana de la Internet y su tecnología asociada. Este mito extrema una posición neo-modernista dándole nueva vida a aquel antiguo mito de principios del siglo XX de que a través de la tecnología, la sociedad se encamina siempre hacia un futuro mejor y lleno de novedad y bienestar. Pues ocurre que esta ilusión se da de bruces con la triste realidad en que vivimos y no hace sino, como en Metrópolis de Fritz Lang, evidenciar la alienación autocomplaciente de las sociedades satisfechas en detrimento de aquellas “en vías de desarrollo”. Algunos eminentes personajes del mundo intelectual estadounidense como Francis Fukuyama (el mismo ex agente de la CIA que a finales de los años ochenta declaró la historia como “terminada”), declaran que la “brecha informatica” que evidencia la existencia de inforicos e infopobres, simplemente no existe. Sin embargo, algunas perlas nos hablan de lo contrario:
* En Manhattan, Nueva York, hay actualmente más conexiones a Internet que en toda Africa, según reconocimiento reciente de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) por boca de uno de sus principales funcionarios.
* Más de la mitad de la población mundial no tiene teléfono mientras que los países desarrollados están saturados de teléfonos móviles, informó en el año 2002 Yoshio Utsumi, secretario general de la UIT.
* En Africa, con 783 millones 700 mil habitantes, existen apenas 3,1 millones de internautas, el 59 por ciento de ellos concentrados en un solo país: Sudáfrica
* El 90 por ciento de los internautas de todo el planeta vive en los países industrializados; en Africa y Medio Oriente solo se encuentra el uno por ciento, y en Estados Unidos y Canadá, el 57 por ciento, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, del año 2001.
* En esa misma fecha, Estados Unidos, Canadá y los países nórdicos registraban más de la mitad de la población on-line, en tanto gran parte de Africa, Europa del Este, Centroamérica y Asia tenían menos del uno por ciento de población conectada.
* En el año 2000, el total de usuarios domésticos conectados a Internet era de 118,23 millones, es decir: sólo un cinco por ciento de los más de 6 000 millones que vivimos en nuestra "casa común".
* Aunque en el mismo Estados Unidos -meca de la tecnología- hay desigualdades (45 por ciento de las personas no tiene acceso a Internet), la diferencia entre ese y otros países desarrollados y las naciones pobres, en materia de acceso a las tecnologías informáticas y de comunicaciones, es abismal. Mientras un estadounidense puede comprar un ordenador o computadora personal con un mes de salario, un natural de Bangladesh debe disponer de ocho salarios. El primero tiene además la ventaja de que el 75 por ciento de los contenidos en la red mundial de computadoras están en su idioma, el inglés.
* En Bangladesh, asegura un especialista, con el dinero necesario para conectarse a Internet una familia puede alimentarse todo un año.
* Para América Latina y Central los temas sobre el desarrollo de la economía digital se ven obstruídos por el desnivel de los poderes adquisitivos de las poblaciones y por los altos precios tanto de los soportes físicos/lógicos, la provisión de acceso a la red como las tasas del servicio telefónico. (2)
Sobre la brecha digital existen dos vertientes para acortar las distancias y favorecer el desarrollo, la caracterizada como “visión dominante” centra los esfuerzos en superar la distancia tecnológica y la “visión alternativa” considera que es un error insistir únicamente sobre el factor tecnológico, en la inversión en equipos e infraestructura de redes, desatendiendo la educación y especialmente la economía en otras áreas. Por lo tanto no es el principal problema el puramente tecnológico ya que es notorio que la internet no resuelve problemas cuando existe más de una 50% de población analfabeta e incluso con índices menores pero que no alcanzan a cubrir las necesidades básicas de subsistencia: alimentación, salud, trabajo, contaminaciones ambientales, escasez de agua, etc. La “visión alternativa” considera en concomitancia con el enfoque del Desarrollo Humano que las disfunciones provienen de las desigualdades sociales y económicas y que la brecha digital es producto de otras brechas las que al no ser afrontadas seguirán promoviendo aún más la digital. De manera que -la conectividad- en sí misma no resuelve los problemas, se necesita que personas y grupos comiencen a “apropiarse” de la internet de una forma universal, equitativa, solidaria. Mientras que la versión dominante sigue apostando a crear soluciones -paliativas- con respecto a las infraestructuras tecnológicas y a continuar con la propulsión de la educación virtual.(3)
Para terminar, vale acotar que gran parte del discurso futurista y triunfalista acerca del Internet y las TIC dice relación con el desarrollismo neoliberal desatado que ve en la Internet una de sus puntas de lanza mas atractivas, claro esta, en un medio regulado por los intereses políticos, comerciales y, por supuesto, ideológicos de las corporaciones.
Reisende.
(1) Mitchell, William, E-topía. Vida urbana, Jim, pero no la que nosotros conocemos. Editorial Gustavo Gili, 2001.
(2) Rosabal, Heriberto, Inforicos e Infopobres en Rebelión, http://www.rebelion.org/medios/031210hr.htm
(3) Del Brutto, Bibiana Apolonia, 2001, "¿Cómo puede ser internet una herramienta para el desarrollo social?". Disponible en el ARCHIVO del Observatorio para la CiberSociedad en http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=13